Mujer entrenando
Fuente de la fotografía: Externa

La increíble sensación de elegir compartir el camino con alguien que junta sus proyectos junto a los tuyos es distinto a poner a otra persona por encima de ti mismo, allí reside la diferencia entre una buena relación de pareja y una relación insana.

Esta bien darlo todo por alguien a pesar de que esa persona no lo valore, sin embargo la prioridad de nosotros mismos primero debemos ser nosotros y si incluimos a alguien dentro de esas prioridades también está bien, pero no debemos olvidar cuáles son nuestras metas y proyectos o propósitos personales.

Es importante tener siempre presente que nuestra prioridad debemos ser nosotros, aunque eso suene tal vez un poco egoísta. Pero es que como individuos cada uno tiene un propósito y un sendero propio, compartirlo con a alguien es maravilloso cuando ambos incluyen al otro dentro de esas prioridades de forma recíproca, debemos estar atentos a esto pues si la inclusión no es mutua significa que no estamos en el lugar correcto.


Nada por lo cual sentirnos mal, estar en el lugar inadecuado también es parte del camino, flagelarnos y culparnos tampoco es la solución, la vida es un aprendizaje constante, el valor que se la da a una persona no depende solo de nosotros sino de la percepción sobre los valores en general que tenga la otra persona, conocerse a sí mismo es la tarea más difícil que existe.


Culpar, vengarse, guardar rencores y odio es para almas débiles, el entendimiento reside en comprender nuestros propios errores y defectos sin culparnos, rectificandonos a nosotros mismos y cerrando cada ciclo desde el cariño, pues todo lo ocurrido fue parte del aprendizaje, sabiendo que el recorrido fue maravilloso, así agradecemos todo lo que hemos vivido.


El número uno en tu vida eres tu mismo, tu mejor maestro también.

No exijas lo que no das.